¿Cómo pudiste llegar así, y entrar tan de
repente?
Te clavaste, luz en mis ojos.
espada en mi corazón,
fuego en mi sangre.
Tu rostro alegra mi mañana,
oculto el sol en las montañas…
observo las estrellas.
La más grande
es dichosa ahora
Que lleva tu nombre.
Como corazón en mi pecho,
te encuentras siempre;
Y pensar que algún día te irás
como la hoja que cae del árbol y vuela lejos,
¿A dónde llegarás?
¿Volverás?
¡Yo seré tu poeta! ¡Tú poeta!
Alma Delia Arce Pérez.
Conalep Atencingo
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