LIBRELIRANDIA
Algo me pasó el día
de ayer que fue lo más padre que me ha pasado. He soñado que estaba tan
enfocada en lo que tenía que hacer sobre Preceptorías y soñé lo padrísimo que
era estar en un libro de Termitas,
entonces estaba tan, tan cansada que me quedé dormida y tuve un sueño muy raro
pero divertido.
Estaba
en un lugar bonito dónde había un río de letras, entonces me senté para ver ese
río. De repente Cortes se me acercó y me dijo:
–¡Hola,
amiga! ¿Cómo estás? ¿Andas perdida o por qué tan sola?–, y yo le contesté: –¡Hola!
Pues no sé exactamente qué hago aquí pero tengo mucha curiosidad por conocer–.
–Está
bien, te llevaré a que conozcas Librelirandia–, me dijo Cortes. Caminábamos
sobre el pasto que eran tiras de hojas cuando se acerca Planos y le dice a Cortes:
–¡Hey, Cortes!, ¿cómo estás?, ¿Qué andas haciendo?
–Hola,
Planos, pues llevo a mi amiga a que conozca Librelirandia y tú ¿adónde vas?– contestó
Cortes.
–A
ningún lado ¿los puedo acompañar?– contestó Planos.
–¡Claro
que sí! –, dije. Entonces me empezaron a contar de ellos. Lo más gracioso de
todo fue que cada quien tenía una versión diferente de uno mismo. Cortes decía
que Planos era un chico muy superficial y buenísima onda y Planos decía que Cortes
era malvado y engreído pero que a pesar de eso era un chico que te apoyaba en
lo que necesitaras. Seguimos con nuestro camino y nos encontramos a Cubiertas. Cortes
se puso tan nervioso cuando la vio que casi se desmaya.
–Hola
¿cómo están ?–, dijo Cubiertas.
–¡Hola,
Cubiertas, ¿como estas...?–, contestó Cortes muy rápido. Cubiertas se sonrojó
al ver que Cortes le había sonreído. Se veía amor entre ellos, nada más que no
se atrevían a decirlo. Lo malo de esta parejita es que ella tenía novio. El novio
era una persona tan posesiva y mandona que ella estaba obligada a estar con él.
Él se llamaba Nervios y tal parece que lo habíamos invocado porque apareció y
le dijo a Cortes:
–Oye,
¿qué haces con mi novia? ¡Ya te había dicho que te alejaras de ella pero no
entiendes! –. Interrumpió Planos y le dijo a Nervios: – Oye, cálmate. Sólo la
saludamos. No es para que te pongas así.
–Déjalo,
Planos, no vale la pena–. Dijo Cortes. Entonces nos fuimos y les pregunté quién
es él y quién es ella. Ellos me contestaron (bueno, principalmente Cortes): Ella
es Cubiertas y es la mujer más bonita que hay en Librelirandia. Es hija de Tejuelo,
el Rey de este lugar.
–Y
él es Nervios, el guardián del rey, el futuro esposo de Cubiertas–. Me dijo Planos.
En cuanto vi a Cortes, bajó la cabeza entristecido y le dije: –No Cubiertas, no
te pongas así. Ya vendrá a ti. Además se ve que te quiere porque te ve con
ternura.
–No,
cállate, él sabe que sí lo quiere pero no puedes hacer nada. Ella está
comprometida con él y no hay vuelta atrás–. Dijo Plano. Entonces se me ocurrió
hablar con ella, pero para eso tenía que burlar a los Guardas. ¡Qué raro era
decir eso! pero pues sí, así se llamaban. Logré entrar al castillo y ahora debía
encontrar la recámara de la princesa Cubiertas. Me quedé paralizada de tan
enorme que era el castillo pero logré encontrar su recámara. Abrí las Hojas de
Respeto o Cortesía (qué raro nombre para unas puertas pero así era), y la encontré
y me quedé sentada junto a ella platicando sobre lo infeliz que era y que no quería
casarse con Nervios.
– ¡Cubierta,
baja un momento por favor!–. Escuchamos los gritos de su papá Tejuelo, que lo
gritó 3 veces.
–Escóndete,
por favor, ellos no deben verte–. Me dijo Cubiertas. Me escondí y bajé
silenciosamente por las Portadillas. (También, qué raro nombre para unas escaleras).
–Mañana
te casarás con Nervios, hija, y es mi última palabra. Nos conviene que te cases
con él, entiende–. Escuché decir al papá de Cubiertas. Entonces corrí hasta
Cortes y le dije que el papá la obligaría a casarse con nervios.
–No
puede ser, tendré que evitarlo, ella es el amor de mi vida–. Me dijo
–Estás
loco, ¿cómo vas hacer eso? Te pueden matar–. Dijo Planos Entonces fuimos a la Contraportada
que era la iglesia real (lo sé, raro nombre para ella). Entonces Cortes y Plano
(claro, acompañados de mi presencia) interrumpe la misa y dice:
–Esta
boda no puede ser porque estoy enamorado de ella–. Entonces Cubiertas se desmaya
y Nervios le dice a los Guardas que lo encarcelen junto a sus compañeros de rebeldía.
Nos metieron en un lugar muy raro llamado Frontis (insisto, ¿en qué lugar le
ponen nombres raros a los lugares?... ¡Era el calabozo!). Desesperada por no
saber qué hacer con todo me puse a llorar.
–No
te preocupes, lograremos salir–. Dijeron ellos y yo les contesté: –¿cómo
saldremos?
–Por
las Portadas–. Contestaron ellos.
–¿Portadas?–.
Dije.
–Sí,
en tu lugar les llaman alcantarillas–. Dijeron ellos. Esa parte no la recuerdo
bien, ni cómo llegamos a las Portadas, pero logramos salir. Él logró ir a la
torre. Para su suerte, se encontraba su papá. Lo más raro es que cuando
llegamos a la torre, Cortes y Tejuelo estaban platicando bien, sin gritos ni
nada. Al paso del tiempo, Cortes y Cubiertas se enamoraron más y más hasta que
se casaron. No digo que fueron felices, pero todo final tiene un principio.
¡Oh!,
por cierto, tuvieron dos hijos hermosos. Ellos se llamaron Página de Derechos y
Dedicatoria.
Insisto
¡qué raros nombres !
Conalep Atencingo
Madelen Lizeth Rodríguez Ramírez