viernes, 23 de noviembre de 2012

CALLÓ Y SALVÓ




No tengo flexibilidad, no tengo miembros con qué tocar; simplemente puedo ver lo que pasa en un lugar las veinticuatro horas, no puedo hablar o expresar lo que veo, escucho, pero no tengo sentimientos.

Siempre estoy en un cubículo de concreto, siempre escondida. Nadie me puede ver y los que me ven se sientes apresados por mí; mi trabajo consta de ver y guardar lo que pasa o no pasa a mí alrededor. Suelo trabajar en las calles, en las escuelas, en las empresas, en los penales (cerezos) y en los hoteles.

No doy opinión sobre los sucesos o sobre lo que haya logrado rescatar como evidencia o algo raro que note. Simplemente soy las que graba diversos acontecimientos que en su mayoría son trágicos, tristes y delictivos. Puedo ver como cometen homicidios, robos, maltrato a material usado por una empresa e incluso puedo ver el sufrimiento de la gente y no puedo hacer nada más que capturar las caras de esos sujetos y sin poder hacer más.

No me gustan los sentimientos o será que nunca los he tenido ni me hacen falta. Simplemente tengo secretos guardados dentro de mí que no debo dejar nunca al aire libre.

En memoria de: David Salazar Gonzales.

Jamila Castillo García.
Teziutlán 153.
Contabilidad.


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