No
tengo flexibilidad, no tengo miembros con qué tocar; simplemente puedo ver lo
que pasa en un lugar las veinticuatro horas, no puedo hablar o expresar lo que
veo, escucho, pero no tengo sentimientos.
Siempre estoy en un cubículo de
concreto, siempre escondida. Nadie me puede ver y los que me ven se sientes
apresados por mí; mi trabajo consta de ver y guardar lo que pasa o no pasa a mí
alrededor. Suelo trabajar en las calles, en las escuelas, en las empresas, en
los penales (cerezos) y en los hoteles.
No doy opinión sobre los sucesos o
sobre lo que haya logrado rescatar como evidencia o algo raro que note.
Simplemente soy las que graba diversos acontecimientos que en su mayoría son
trágicos, tristes y delictivos. Puedo ver como cometen homicidios, robos,
maltrato a material usado por una empresa e incluso puedo ver el sufrimiento de
la gente y no puedo hacer nada más que capturar las caras de esos sujetos y sin
poder hacer más.
No me gustan los sentimientos o será
que nunca los he tenido ni me hacen falta. Simplemente tengo secretos guardados
dentro de mí que no debo dejar nunca al aire libre.
En
memoria de: David Salazar Gonzales.
Jamila Castillo
García.
Teziutlán 153.
Contabilidad.
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