“LA ESENCIA DE TI”

Nuestro amor es secreto, silencioso y muy a distancia. Con cada rayo de luz entre el mundo paralelo del ocaso y el esplendor de la aurora, te miro.  Es un deleite que se suscita con las obras inconscientes que realizas sin planear. Apareces y cambias el comienzo y el final del día.

Somos de mundos diferentes no pertenezco a tu lista de gustos, no encajo en tus objetivos. No hablas, no tienes piernas pero conoces el mundo, las pirámides de Egipto. Has mirado el Atlántico una y otra vez, conoces el desierto del Sahara y las Cataratas de Niagara, visitaste el Ecuador y conoces la muralla China. Eres un viajero un observador de la tierra y  la amas con pasión. Con intensidad la cubres de ti, la empapas con energía contagias tu vivir, y me has contagiado a mí, me has enamorado. Sé que eres muchos millones de años mayor que yo, pero los años no pasan sobre ti, siempre has sido el mismo, siempre fuerte, siempre tú. Sé  que mi edad es corta, soy alta y jamás me muevo, solo te espero, espero cada día para mirarte otra vez, a pesar del frio de la noche no puedo moverme, sigo firme, sigo fiel, amo mi ciudad amo todo de ella el idioma, las personas, las costumbres, destilamos arte.

Cada día que pasas y me cubres haciéndome brillar, en ése cenit en el que el tiempo se detiene,  escucho el sonido de las aves cantar, el olor de las flores al abrirse tu infinito deslumbrar, en sí, es un trance de armonía perfecta, orquestas mi vida.

Siento que me llamas al despedirte, una especie de noble susurro,  como una melodía creciente. Te miro volteo a mi alrededor y todo lo que tocas, lo vuelves más vivo, , lo verde es más verde, el agua más agua, rompes con los esquemas de la oscuridad y llegas alumbrando todo a tu paso.

Aprendí amarte, tú me ensañaste que después de la tormenta siempre llegarán tus rayos a iluminar, me mostraste que la niebla no dura por siempre, me has enamorado, y a pesar de ser estatua siempre me cubres, Sol.

Itzel Rosas Caballero

Teziutlán