lunes, 4 de junio de 2012

Uno, dos, tres por todos mis compañeros 4: en la punta del cerro más alto


Estoy por encontrar a Katia, es una compañera que está en la punta del cerro más alto de la tierra. Está muy asustada porque me está mandando señales de humo. Ella dice que está en ese lugar desierto y siente miedo. Parece que hay carnívoros que la están rodeando para esto también necesitamos llevar algunos cazadores para enfrentarnos a esos animales tan feroces. Comenzamos la búsqueda llevando el material necesario para poder enfrentarlos. Cada paso que damos  se escuchan gritos de auxilio y desesperanza. Ella está arriba de un árbol. El más alto que pudo encontrar. En ese momento que ella se extravió, a nuestro paso encontramos otros animales indefensos con miedo por aquellos animales feos que pueden herir y hasta matar, pero antes cruzamos un inmenso río,  tan profundo como el mar. Tenemos que nadar hasta el otro lado donde ella se encuentra, al pasar por el agua comienza una tormenta y nosotros estamos apunto de caer y ser arrastrados por el río pero con ayuda y la fuerza de todos nos mantenemos en equilibrio. Por fin termina. Ahora vamos por Katia pues ya estamos aún más cerca y ella nos escucha. Estamos cerca de repente aparece un inmenso tigre de bengala que intenta atacarnos, los cazadores comienzan su enfrentamiento con un poco de miedo pero la unión hace la fuerza. Luego todos al ataque logran desfallecerlo y permiten que  escapemos mientras el animal esta inconsciente y así podemos llegar donde esta Katia y de repente ella pega un grito desesperado, al parecer un oso está intentando subir al árbol donde ella está, estamos a unos cuantos metros y trata de tranquilizarse al vernos. Y sigue el enfrentamiento: nos dividimos y distraemos al oso para que ella pueda bajar y ponernos a salvo. Al fin baja y dejan al oso inconsciente con el suficiente tiempo para poder regresar a nuestros lugar y sin molestar y ser molestados en nuestros hogares, uno dos tres por mi compañera Katia: ¡Estás salvada…!
Ahora vamos por Evelin. Ella está en la Antártida. Parece que una de las sobrevivientes de un viaje que inició por el mundo. Está rodeada de mucho hielo y tiene frío. No se quedó con nada en aquel día cuando se terminaron los combustibles necesarios para terminar el recorrido en aquel barco. Ella está soportando el frío y la sed pues no tiene tampoco comida para sobrevivir;  estamos muy cerca de ti Evelin, ahora preparamos todo para llegar a ese lugar con las cosas necesarias que ella requiere: barcos, ropa de abrigo, botas especiales; en fin, muchas cosas. Ella está cerca de una montaña de hielo que está a punto de caerse o derrumbarse y tiene miedo a morir. A nosotros  en el camino se nos descompone el barco y están pasando las horas y no podremos llegar a tiempo para salvarla. Al fin el encargado lo arregla y emprendemos el camino nuevamente, en el camino vamos mirando algunos animales que pueden a hacerle daño, pero tenemos que llegar antes del anochecer. Al fin vamos lo más rápido: ella está perdiendo el pulso y está perdiendo sensibilidad de su cuerpo. Ya no puede contestar a nuestros gritos de búsqueda. Al fin encontramos la dirección indicada para encontrarla y nos detenemos, pero estamos asustados por el silencio que hay y el enorme frío que hace. Caminamos unos pasos y encontramos algunas cosas personales de ella. Unos pasos más y: ¡ay!, ésta se encuentra inconsciente pero aún viva y le damos agua y alimento y logra  reconocernos  y: …uno, dos, tres por Evelin: ¡Estás salvada…!
Ahora vamos con Alejandro. Él está en la frontera del norte en una parte del desierto muy debilitado por el calor y el cansancio de tanto caminar. Se terminó su agua y su comida y está apunto de perder la noción del sentido. Tiene un golpe en el pie pues tuvo un accidente y cayó en un barraco muy feo, con espinas y serpientes venenosas, escorpiones y arañas nosotros comenzamos su búsqueda a través de autos especiales para transitar por esos lugares; pero en el camino el carro se atasca y no puede salir de la arena, hace mucho calor y corremos el riesgo de deshidratarnos también. Mientras vamos en camino, Alejandro al tener sed comienza por cavar un pozo con sus manos para ver si sale un poco de agua y aguantar hasta cuando lo encontremos. En unos segundos cuando él se da cuenta, esta acercándose una serpiente, pero como no tiene una visión clara hace su mayor esfuerzo para ver y  eliminarla y salvarse de su picadura. Pasa las horas y está apunto de llegar el anochecer. Nosotros nos hemos perdido, llegamos a un ranchito y no entendemos el idioma que hablan. Sólo pedimos las cosas que puedan ofrecernos y emprendemos el camino nuevamente. Después parece que llegamos al lugar indicado para buscarlo. Le comenzamos a gritar por su nombre para  que responda, él se ha quedado dormido; pero al estar más cerca se despierta y contesta con su voz sin fuerza. Está hasta el fondo del barranco pero podemos bajar con mucho cuidado para poder salvarlo y salimos de ese lugar. Lo más pronto posible, y: uno, dos, tres por todos mis compañeros. Alejandro: ¡estás salvado…!
Rosalía Ponce Arce
 Conalep Atencingo Puebla

1 comentario:

  1. Que interesante escrito Rosa, un tanto tétrico por las situaciones, hasta yo me espanté jejeje. Me interesa como describes a los animales que atacan a Katia y a Alejandro, muchos tenemos miedo a animales así de agrsivos pero me gustaría conocerlos más de cerca (siempre y cuando estén mansos)

    También noté interesante que aunque tratabas de encontrar a tus tres amigos surgían y surgían situaciones, eso demuestra una realidad: para lograr nuestros objetivos hay que hacer un verdadero esfuerzo, no todo se encuentra de manera sencilla.

    Buen relato, saludos de Jahaziel Guzmán
    COnalep Puebla I

    ResponderEliminar

Recuerda que tu mensaje pasa por un proceso de moderación para aparecer publicado.