Estoy por encontrar a Katia, es una compañera que
está en la punta del cerro más alto de la tierra. Está muy asustada porque me
está mandando señales de humo. Ella dice que está en ese lugar desierto y
siente miedo. Parece que hay carnívoros que la están rodeando para esto también
necesitamos llevar algunos cazadores para enfrentarnos a esos animales tan
feroces. Comenzamos la búsqueda llevando el material necesario para poder
enfrentarlos. Cada paso que damos
se escuchan gritos de auxilio y desesperanza. Ella está arriba de un
árbol. El más alto que pudo encontrar. En ese momento que ella se extravió, a
nuestro paso encontramos otros animales indefensos con miedo por aquellos
animales feos que pueden herir y hasta matar, pero antes cruzamos un inmenso río, tan profundo como el mar. Tenemos que
nadar hasta el otro lado donde ella se encuentra, al pasar por el agua comienza
una tormenta y nosotros estamos apunto de caer y ser arrastrados por el río
pero con ayuda y la fuerza de todos nos mantenemos en equilibrio. Por fin
termina. Ahora vamos por Katia pues ya estamos aún más cerca y ella nos escucha.
Estamos cerca de repente aparece un inmenso tigre de bengala que intenta
atacarnos, los cazadores comienzan su enfrentamiento con un poco de miedo pero
la unión hace la fuerza. Luego todos al ataque logran desfallecerlo y permiten que escapemos mientras el animal esta
inconsciente y así podemos llegar donde esta Katia y de repente ella pega un grito
desesperado, al parecer un oso está intentando subir al árbol donde ella está,
estamos a unos cuantos metros y trata de tranquilizarse al vernos. Y sigue el
enfrentamiento: nos dividimos y distraemos al oso para que ella pueda bajar y ponernos
a salvo. Al fin baja y dejan al oso inconsciente con el suficiente tiempo para
poder regresar a nuestros lugar y sin molestar y ser molestados en nuestros
hogares, uno dos tres por mi compañera Katia: ¡Estás salvada…!
Ahora vamos por Evelin. Ella está
en la Antártida. Parece que una de las sobrevivientes de un viaje que inició
por el mundo. Está rodeada de mucho hielo y tiene frío. No se quedó con nada en
aquel día cuando se terminaron los combustibles necesarios para terminar el
recorrido en aquel barco. Ella está soportando el frío y la sed pues no tiene
tampoco comida para sobrevivir;
estamos muy cerca de ti Evelin, ahora preparamos todo para llegar a ese
lugar con las cosas necesarias que ella requiere: barcos, ropa de abrigo, botas
especiales; en fin, muchas cosas. Ella está cerca de una montaña de hielo que
está a punto de caerse o derrumbarse y tiene miedo a morir. A nosotros en el camino se nos descompone el barco
y están pasando las horas y no podremos llegar a tiempo para salvarla. Al fin
el encargado lo arregla y emprendemos el camino nuevamente, en el camino vamos
mirando algunos animales que pueden a hacerle daño, pero tenemos que llegar antes
del anochecer. Al fin vamos lo más rápido: ella está perdiendo el pulso y está
perdiendo sensibilidad de su cuerpo. Ya no puede contestar
a nuestros gritos de búsqueda. Al fin encontramos la dirección indicada para
encontrarla y nos detenemos, pero estamos asustados por el silencio que hay y
el enorme frío que hace. Caminamos unos pasos y encontramos algunas cosas
personales de ella. Unos pasos más y: ¡ay!, ésta se encuentra inconsciente pero
aún viva y le damos agua y alimento y logra reconocernos y:
…uno, dos, tres por Evelin: ¡Estás salvada…!
Ahora vamos
con Alejandro. Él está en la frontera del norte en una parte del desierto muy
debilitado por el calor y el cansancio de tanto caminar. Se terminó su agua y
su comida y está apunto de perder la noción del sentido. Tiene un golpe en el
pie pues tuvo un accidente y cayó en un barraco muy feo, con espinas y serpientes
venenosas, escorpiones y arañas nosotros comenzamos su búsqueda a través de autos
especiales para transitar por esos lugares; pero en el camino el carro se
atasca y no puede salir de la arena, hace mucho calor y corremos el riesgo de deshidratarnos
también. Mientras vamos en camino, Alejandro al tener sed comienza por cavar un
pozo con sus manos para ver si sale un poco de agua y aguantar hasta cuando lo
encontremos. En unos segundos cuando él se da cuenta, esta acercándose una
serpiente, pero como no tiene una visión clara hace su mayor esfuerzo para ver
y eliminarla y salvarse de su
picadura. Pasa las horas y está apunto de llegar el anochecer. Nosotros nos
hemos perdido, llegamos a un ranchito y no entendemos el idioma que hablan. Sólo
pedimos las cosas que puedan ofrecernos y emprendemos el camino nuevamente. Después
parece que llegamos al lugar indicado para buscarlo. Le comenzamos a gritar por
su nombre para que responda, él se
ha quedado dormido; pero al estar más cerca se despierta y contesta con su voz
sin fuerza. Está hasta el fondo del barranco pero podemos bajar con mucho
cuidado para poder salvarlo y salimos de ese lugar. Lo más pronto posible, y:
uno, dos, tres por todos mis compañeros. Alejandro: ¡estás salvado…!
Rosalía Ponce Arce
Conalep
Atencingo Puebla
Que interesante escrito Rosa, un tanto tétrico por las situaciones, hasta yo me espanté jejeje. Me interesa como describes a los animales que atacan a Katia y a Alejandro, muchos tenemos miedo a animales así de agrsivos pero me gustaría conocerlos más de cerca (siempre y cuando estén mansos)
ResponderEliminarTambién noté interesante que aunque tratabas de encontrar a tus tres amigos surgían y surgían situaciones, eso demuestra una realidad: para lograr nuestros objetivos hay que hacer un verdadero esfuerzo, no todo se encuentra de manera sencilla.
Buen relato, saludos de Jahaziel Guzmán
COnalep Puebla I