jueves, 14 de junio de 2012

Partes de un libro 4:


Angustia Lírica
Todos en un lugar de silencio, viendo cómo nada se mueve alrededor, una familia desesperada por que les presten atención.
Las hijas son las más traviesas, pero se desesperan, hace tiempo que no salen de casa, ansiosas le preguntan a su padre (el señor Lomo) si jamás volverán a ver la luz del día, angustiado trata de darles una respuesta a sus hijas (las Hojas) No depende de mí, recuerdo que antes –continuó—, la gente venía a nosotros diario; cada día era alguien nuevo, nunca estábamos en soledad, pero ahora por algún motivo nos han olvidado—. Doña Portada responde tratando de ayudar a su marido: Hojitas mías, lo que sucede es que ahora los humanos cada vez se olvidan de nosotros más y más. Las hojas responden: Pero, ¿Por qué? ¿Acaso les hicimos algo malo?
El tío Prólogo empieza a decir: ¡Todo es culpa de Portada! Si ella fuera más linda llamaría la atención; además tú, Lomo, tu trabajo es mantenernos unidos pero nos has descuidado. Lomo se defiende pacíficamente diciendo, calmados todos, no es culpa de ninguno de nosotros. Todos hemos cooperado y nuestra casa, este libro, es muy bello; la culpa es del “internet”, ahora menos vienen a visitarnos.
Portada dice: Portadilla: Tú eres experta en estos temas. Dinos qué podemos hacer. Portadilla menciona que ella es sólo una compañera, que no tiene ni idea de la solución. –Lo mejor será darnos por vencidos dice Contraportada la hermana mayor, las Hojas le gritan: ¡Cállate! Sólo por ser la hermana mayor te la pasas llevando la contra, ya ni siquiera el pequeño Colofón esta angustiado y tú sabes muy bien que se pone como el tío Nervios muchas veces.
¿Saben algo? Ya no aguanto, me voy de aquí, dice Tejuelo, y en un instante saltó de su casa y cayó lentamente impulsado por el aire al frío suelo. ¡Nooooo! Grita don Lomo. Su hermano Prólogo lo consuela diciendo que de todas maneras ya estaba próximo a caerse, no aguantaba tanta presión.
Toda la familia estaba sumida en la depresión, sentían que ya no servían para nada, polvosos y anticuados querían seguir el ejemplo de Tejuelo y terminar con todo, su mundo de zozobra y angustia iba aumentando, en la oscuridad vagaban junto a otras casas y junto a otras familias que creían lo mismo. Pero  de repente todo el anaquel inició a tambalearse...
Sucedió lo inimaginable, un niño llamado Kevin entró a la habitación, todos quedaron atónitos pues hacía años que nadie entraba a ese lugar. El pequeño, asombrado de ver tantas casas, sí, tantos libros se acerca poco a poco, sonríe a la familia y toma su casa. Todos esperaban que la abriera, que explorara su casa, que visitara las habitaciones de las Hojas o que con una palmada sostuviera al viejo Lomo. Kevin se queda quieto, callado y no deja de contemplar el libro, esa bella casa. Así durante unos cuantos minutos, todos en expectación, pero parecía que Kevin quedó inerte.
De repente abre el libro de manera explosiva, instantánea, dinámica; las Hojas salen volando por toda la habitación, las ilustraciones llenan de colores los ojos del pequeño Kevin, don Lomo se queda en la mano de Kevin, pero Prólogo no lo piensa e inicia a platicarle de cómo es su casa; Portadilla, Portada y Contraportada lo invitan a pasar, a meterse en su casa, a explorar su mundo. Kevin esta atónito, el conocimiento lo envuelve, las imágenes en su cabeza son tales que no las quiere borrar nunca, una risa estruendosamente bella suena por todo el lugar, Kevin se divierte con las Hojas, le atrae ver cómo el pequeño Colofón es tan inocente y tan suspicaz. Una serie de brillos invaden su cabeza, toda una historia inicia a relatarse, la fuente de sabiduría ha sido abierta a una persona más. Toda la familia está feliz, se sienten queridos otra vez. ¡Ante ese impacto Kevin despierta!
Todo ha sido un sueño, se levanta corriendo y le dice a su papá que lo lleve a la biblioteca más cercana para hacer tarea. Su padre dice ¿Para qué? ¿Acaso no hay internet en tu cuarto? Kevin contesta: Claro que hay internet, pero nunca se comparará a la sabiduría encontrada en un libro, es una historia que cobra vida en tu cabeza sin que veas una película, es una serie de eventos verídicos con un tono diverso, la tecnología podrá avanzar pero nunca me olvidaré de mis amigos, Lomo, Colofón, Portada, Prólogo, Hojas y todos los demás, visitaré sus casas siempre y dejaré que me guíen sus palabras. El padre queda turulato y lo lleva a la biblioteca. Kevin le ha enseñado una gran lección.

Enrique Jahaziel Guzmán Jiménez
Conalep Puebla I
Mecc-206

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