Lo que me dicta mi pensamiento 5:

Futuro _{que ha} Pasado _{por mi} Presente

Me encuentro varado, solo y relajado, todo lo que puedo hacer es cerrar mis ojos y pensar en el futuro que ya ha pasado por mi presente. La vida es neblina matinal, que pasa con tiempo, una sombra fugaz que se va quedando atrás y un vacío sufrimiento. La vida puede ser dura y cruel, un vil valle de lágrimas y dolor, ¡Mas yo he vivido feliz!

Sólo puedo contemplar las estrellas y preguntarme ¿Qué soy? Una persona. No me podría comparar jamás ante la inmensidad del universo, soy menos que una gota de rocío en una cálida mañana. Veo pasar los días, las horas, y me doy cuenta de cosas vitales. A tientas ya no ando, de la realidad del mundo me he dado cuenta; ir tras la fama, el oro y el poder; la gloria vana que este mundo ve, es necedad; aunque deseable, eso no me otorga la felicidad. Estoy consciente de que mi juventud pasará y los días calamitosos no tardaran, pues el tiempo se va más rápido que el aire, pero mi vigor no se marchita. (cuidado con las rimas interiores que pueden volver un texto muy monótono)

A veces veo amanecer, tras largas horas sin dormir, mas logro mantener la calma al pensar en mis bendiciones. Aunque pobre, tengo una buena familia, buenos amigos que untan con aceite perfumado mi alma cuando está abatida, vivo con lo básico y no necesito más. Eso me hace feliz, he comprobado que es mejor comer pan duro y vivir en paz que tener muchas fiestas y estar peleando. Un corazón alegre siempre piensa en las ventajas y evita los problemas, eso sí es provechoso.

Mi corazón se agita de indignación y tristeza al ver cómo muchos jóvenes desperdician su vida, se dedican a violar las normas morales de su interior y provocan que este mundo vaya a pique. Cada vez se habla más de los valores, del respeto, la honestidad, la bondad o la solidaridad; pero cada vez menos los ponen en práctica.

Al vivir en estos tiempos críticos y difíciles de manejar, sólo vivo con incertidumbre ante mi futuro, me pregunto qué me pasaría si fuera diferente. Si yo viviera en otra parte del mundo, si yo viviera con otra familia, o con otra educación ¿Qué estaría haciendo en este preciso momento? Nunca lo sabré. En todos lados se oye acerca de maldad, violencia y estragos desagradables, tiemblo de sólo pensar que algún día me pasará algo a causa de esta sociedad inicua.

Se me desgarra el estómago al ver cuando algún joven vive en confusión, bebe la copa de la falsedad, me duele ver que alguien es presumido, altivo, blasfemo, desobediente, desleal, desagradecido, sin cariño natural, peleonero, testarudo, violento, agresivo entre otras cosas desagradables. ¿Qué los habrá orillado a ser así? No lo sé, pero me gustaría que cambiaran. Lamentablemente los corazones de algunos son cerrados, tan duros como el pedernal que aun si se les quiere ayudar, su deleite será temporal. (otra vez rimas) Hay que quitarlas.

Mi corazón se alboroza cuando veo a otras personas trabajando, esforzándose, cumplidas, cariñosas, con deseos de mejorar, haciendo cosas buenas. Y los felicito en mi interior pues estoy totalmente convencido que el camino angosto de la rectitud es muy difícil de seguir.

Abundan las malas compañías, que sólo echan a perder los hábitos útiles; pero tengo una determinación, soy un guerrero fiel en esta lucha del bien contra el mal tanto interno como externo, trataré de ir siempre adelante a la madurez, creciendo cada vez más en conocimiento y en obras de bondad.

¿A dónde voy? Mi manera de vivir no es incierta, como si diera golpes al aire. Trato de vivir de la mejor manera, poniendo en práctica buenos principios morales y tratando de hablar el lenguaje puro que se me ha inculcado; aunque se me hace difícil hacer lo correcto y he querido rendirme en ciertas ocasiones sé que todo es para mi propio beneficio; pero al mirar el cálido cielo despejado, se me salen las lágrimas y me pregunto ¿Estoy haciendo lo correcto? ¿Por qué el justo sufre mucho? ¿Por qué? Aunque conozco la respuesta no puedo dejar de preguntármelo.

Mi familia jamás me ha dejado, pero siento que estoy dando muy poco de mí. Me importa mi relación con Dios y la guardo cómo un tesoro. Mis verdaderos amigos jamás me dejarían ni me incitarían a hacer nada malo, entonces me pregunto ¿Merezco todo lo que tengo? Aquí sentado, respirando profusamente y meditando. Es cierto que me porto mejor que muchas personas, pero… aun así cometo muchos errores, eso me parte el alma, cuando hablo irreflexivamente siento que las estocadas de una espada me han atravesado y el dolor se ha visto expuesto. El que habla sin pensar, hiere como el filo de un puñal, mas hay que perdonar sin guardar ningún rencor.

De mis ojos salen unas gotas de dolor, pensando en lo que he hecho mal, en lo que pude haber hecho en otros momentos, pero también pienso que otros han hecho cosas peores. De verdad quisiera terminar con mi sufrir; por supuesto, jamás haría algo tan deshonroso como meterme porquerías a mi cuerpo para terminar mi dolor y jamás trataría de terminar con mi vida. Mi vida es un regalo único que jamás nadie tendrá más que yo, así que lo cuidaré con todo mí ser. Pero me gustaría terminar mi pesar remediando los actos del pasado.

¿Qué es lo que quiero? No quiero dinero ni riquezas, tampoco la paz mundial, ni tampoco quiero un político honesto, no quiero imposibles. Lo que mi alma desea es llenarse de paz y amor, quiero deleitarme y actuar con perspicacia en diversas situaciones. Mi corazón puede ser traicionero, tengo que protegerlo. Muy retorcido y traidor es nuestro corazón, los malos pensamientos son veneno destructor; quiero tener un sabio corazón que sepa obedecer.

Entonces, inicio a recordar los buenos momentos del ayer, los bellos momentos cuando todo era más sencillo pero más sano. Me doy cuenta poco a poco, que tengo mil motivos para alegrarme, mi familia, mis amigos, mi entorno. Mi ser se torna alegre, mi gozo es mayor cada vez, la base de tanta alegría está en la realidad, sustento precioso de mi alma y guía segura al andar. Este gozo es una llama de luz interior, por fuertes que sean los problemas, jamás la podrán apagar.

Mi felicidad es un don de Dios la fuente infinita de paz. No perderé mi gozo, eterno será si obro con perspicacia. Con fascinación observo la creación, los cielos, la tierra, los mares, los animalitos y toda la naturaleza ¿Cómo sentirme triste y solo con tantas maravillas bellas en entorno? Tal como la luz del sol, disipa la oscuridad en el alba, mi tristeza se disipa al brillar la luz de la paz.

Esto es lo que está dictando mi pensamiento en este momento ¿Por qué atormentarme por el pasado? Tengo que disfrutar mi presente al máximo de la mejor manera para que mi futuro no sea vano ni desperdiciado, he recordado que he visto mi furo, como me gustaría que fuera, ha pasado por mí el día de hoy.

Me pongo a pensar, el futuro es incierto pero mi tiempo y mi vida son valiosos, no los desperdiciaré en cualquier acto o tontedad de mi parte. Cuando nace un bebé, cuando una flor crece, cada día que un rayo del sol toca el suelo, o cada vez que cae la lluvia, son el milagro de la vida ¿Cómo pagaré esos regalos que tengo a diario? Las gracias por la vida siempre daré. Vivir es un placer, un privilegio; vivir es un milagro, vivir es un regalo ¡Hay que aprovecharlo al máximo!

Enrique Jahaziel Guzmán Jiménez

Conalep Puebla I