Érase una vez un
grupo de amigos llamados: La pandilla de Termitas. Ellos eran de los que
siempre convivían y se llevaban súper bien; un día, la señorita Portada quiso
salir y dijo que quería ser la mejor en todo. El joven Colofón se enamoró de ella desde el primer
momento en que la vio, pero a pesar de que siempre la tenía cerca, nunca se
había atrevido a declararle su amor. Un día, Prólogo invitó a la señorita Portada
a tomar un helado; la señorita Portada aceptó muy gustosa, ella también se
sentía enamorada del joven Colofón pero, como no veía nada de señales que se le
declarara, decidió aceptar la invitación de Prólogo. Entonces se fueron por su
lado. En el camino se encontraron a todos los de su pandilla, como el niño Portadilla
y otra amiga suya que era la joven hoja de Cortesía, como también su amigo la Solapa,
y por supuesto su amigo el Índice. Ellos los saludaron con gusto y siguieron en
su cosas y el joven Prólogo le dijo que la quería, la señorita Portada le agradeció
su cariño pero dijo que no podía estar con él, si amaba al joven Colofón, que
sería más bonito tener una amistad nada más. Prólogo aceptó con toda cordura,
pasearon un rato y se despidieron como amigos, cuando de pronto, por la calle
se les presenta el joven enamorado Colofón. Y sintió unos celos y coraje al
saber que la persona que amaba estaba con otro y no dijo nada, pero al llegar a
su casa se puso a pensar, qué pasaría si él nunca se atrevía a decirle a la
señorita Portada que estaba enamorado de ella. Él decía que era una mujer
inteligente, bonita y sobre todo
que sentía algo muy especial por ella que no podía describir, y pensó, como le haré
para que ella se enamore de mí y se dé cuenta de que la quiero. Y empezó por dejarle
un ramo de flores al pie de su ventana. Quería que poco a poco ella se diera
cuenta que era él, que le mandaba poemas de amor: Si me miras me siento pequeño, si me hablas me sonrojo, si me sonríes
me sudan las manos y si me dijeras te quiero me derretiría como un hielo. Muchos
poemas dedicados a ella. Le mandaba chocolates y ella los recibía gustosa pero
con la duda de saber quién era esa persona. un día el joven apuesto llamado Colofón
por fin se atrevió a declararle su amor. Decidió unir a todos los de la
pandilla a que lo apoyaron y le llevara serenata de amor ala señorita Portada,
ellos aceptaron felices. Uno tomó la guitarra, otro el acordeón, otro la
trompeta, otro el violín. En fin, todo lo que pudieran encontrar para cantarle
una canción. El joven Colofón preparó una canción especial para ella: Eres la flor más bella de mi jardín, la más preciosa y como una luz sin fin, quiero que sepas que te
amo a ti, cuando te conocí, quise estar junto a ti. Sal al pie de tu ventana
que no puedo seguir así. Soy yo el
que vive soñando. Si tú también sientes algo por mí, ¿que no vez que hoy me atreví?.
La joven Portada saltó de la emoción al saber que era él, que estaba cantando y
principalmente que todos sus amigos estaban presentes ahí. Salió de la ventana
y sonrió con un gran suspiro. Al joven Colofón, la señorita Portada le dijo que
estaba tan enamorada como él. Se dieron un beso y se declararon su amor que
desde hace mucho sentían y decidieron ser novios. Vivieron momentos muy bonitos
junto ala pandilla pero un día el joven Colofón enfermó y no quería ir al
doctor para no sufrir la noticia de alguna enfermedad irreparable, lo único que
quería era estar al lado de su querida novia Portada, se sentía débil y sin
fuerza pues las partes de su cuerpo se había humedecido y tenía una enfermedad
incurable. Al fin el doctor se atrevió a decirle que tenía que guardar reposo
si quería vivir por más tiempo pero que su enfermedad lo había dañado demasiado
y le quedaban tres meses de vida. Al saber la noticia se deprimió, lloró hasta
más no poder. Se preguntaba porqué le había sucedido eso, si sólo quería ser
feliz al lado de la persona que amaba. Tenía muchas reacciones por la noche y
dolores por su enfermedad, la señorita Portada se preocupo al ver que el día de la cita Colofón nunca
llegó, fue a buscarlo a su casa y no le dieron razón. Colofón quería olvidarse
de ella para no hacerla sufrir. Ella no entendía por qué estaba sucediendo eso.
Un día Colofón, al tener una reacción de enfermedad fue a parar al hospital, en
terapia intensiva el doctor lo observaba y la señorita Portada al enterarse,
fue con mucha tristeza, dijo que no le importaba pasar los últimos días de su
vida junto a él y ellos decidieron casarse y disfrutar de los últimos momentos
juntos. Le pidió al doctor que lo dejara ir lejos a disfrutar con su nueva
esposa lo más precioso de la naturaleza. El doctor le dijo que guardara mucho reposo y que disfrutara de
su viaje. Ala boda fueron todos los de la pandilla, incluso apoyaron con mucho,
pues sentían que todo esto estuviese pasándoles a ellos que se querían tanto. La
señorita Portada se vistió con un hermoso vestido de muchas letras de distintos
colores y con frases bonitas y el joven Colofón se vistió de un esmoquin con letras negras y se les veía muy
guapos. Asistieron todos sus invitados, fue pequeño y sencillo. Para ellos
unirse era lo más hermoso y ala vez triste. Al termino de la boda, sus amigos,
las Paginas, sus tías, las Contraportadas y su primo el Índice les desearon
muchos momentos felices y se fueron lejos. Al llegar a un hermoso paraíso, a un
hermoso lugar llamado Lomo, donde hay praderas y corre el aire puro y fresco. Llegaron
y se dispusieron a disfrutar el más bello día de sus vidas. Se olvidaron por
un momento que el joven Colofón estaba
apunto de morir; se divirtieron como nunca lo había hecho. Fueron a otro
lugares muy bonitos. Pasadas varias semanas, alguien tocó la puerta
insistentemente. Era el doctor, el señor Índice dándoles el saludo más cordial.
Al verlo se sorprendieron y se acordaron de la situación en que se encontraban.
Él les dijo:—No se asusten, les traigo una buena noticia—.Lo hicieron pasar a
aquella pequeña cabaña y le invitaron un café. Él les comenzó a decir—Esta
noticia será la mejor para ustedes y me siento apenado por la situación—.Ellos
no entendían y el doctor Índice les pidió mil disculpas y le dijo a Colofón:—Señor
Colofón, se ha cometido una grave equivocación: usted no tiene esa enfermedad
que se le diagnosticó, tiene sólo una infección. Usted se ha recuperado y está
más sano que nunca. No pude avisarle antes por no saber dónde se encontraban y
no quería obstruir su felicidad—.Ellos se pusieron muy contentos al escuchar
esto y se abrazaron y le dijeron al doctor Índice:—No se preocupe, estamos
felices porque nos ha devuelto ala vida—,—Sí—, le contestó el doctor, —su
felicidad depende de ustedes, que disfruten de la vida pues al parecer la parte
enferma de Colofón era sólo una humedad y se había secado y podría funcionar
con totalidad. Agradecidos y muy contentos hablaron a sus amigos y dieron la
noticia, muy contentos les desearon que fueran felices y despidieron al doctor
y se miraron fijamente y el joven Colofón dijo:—Creo que Dios me ha dado una
lección y ¿sabes cuál?…la lección ha sido tener que pensar que tenía una
enfermedad mortal para que me pudiera casar contigo y vivir todos estos
momentos que a tu lado he vivido. Dio gracias a Dios y prometieron cuidarse el
uno al otro y que nunca se separarían y que serían felices para siempre.
Conalep Atencingo
Puebla
Rosalía Ponce Arce
Huy, muy buen escrito Rosa y qué buen mensaje. Creo que tienes razón todos los días vivímos como Colofón, aferrados a algo y sin atrevernos a hacer cosas distintas, pero poco a poco se fue desenvolviendo hasta lograr su objetbo, eso me recuerda que si nunca intentamos algo nunca sabremos cuál será el resultado.
ResponderEliminarPero tu escrito también tiene otro mensaje muy importante, en ocaciones no nos damos cuenta de lo que tenemos, vivímos como si todo lo fueramos a tener siempre, pero a veces nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos, por ejemplo, si tenemos la opotunidad de hacer algo que nos gusta y nunca lo tomamos en cuenta, cuando ya no lo podamos hacer entonces lo lamentaremos.
Pareciera que nos hiciera falta alguna mala experiencia para vivir como de verdad se esperaría que fueramos. Es lo malo de muchos, por eso tenemos que agradecer todo lo que tenemos todos los días, tratar de hacer las cosas de la mejor manera posible y disfrutar nuestra vida, que es única.
Saludos
Jahaziel Guzmán
Conalep Puebla I