jueves, 21 de junio de 2012

Eterno Enemigo



¿Acaso no me has visto en la aflicción? ¿Acaso no has visto mi semblante temblar ante ti? A causa del basto furor, es a mí a quien te has dirigido y es a mí a quien haces andar en oscuridad. Te vuelves contra mí, ¡Oh eterno enemigo!, sí, realmente contra mí. Has quebrantado mis huesos y mi mente has desolado llenándola de penalidad. ¿Cuál es tu deleite en venir contra mí? ¿Tú deseo vehemente y ferviente no se apaga? Obstruyes mi camino como un muro de piedra y mis manos las atas con grilletes forjados, me has hecho quedar de corazón barbecho y mi angustia has despertado. ¿Por qué pues, obstruyes mis caminos y tuerces mis rectas sendas? ¿Por qué?

        Te has introducido en lo más recóndito de mí ser y mi vida la has llenado de amargura. Cuando clamo por ayuda y en la aflicción profunda busco consuelo, me quiebras los dientes infundiendo un espíritu de cobardía ante esta situación. Tú no dejas de ser un obstáculo y un tropiezo para mi pobre e inocente voz. Me provocas heridas que tardan en sanar y me hundes en las tinieblas de la desesperación. Me has dejado solitario y desdichado, ahogándome en mi propio clamor y en mi profusa soledad. ¿Qué te he hecho yo? ¿Qué anhelas en este atropellamiento constante contra mí ser? Mi vituperio te has vuelto, mas te he encontrado y he descifrado tus designios.
Eterno enemigo: has caído sobre mí como un cántaro de agua por la mañana. Hablo de ti, el conocido e inmortalizado por todos los tiempos, tú el llamado “Miedo”. Oh, mi propio miedo, tu esencia es una mezcla de horror, desasosiego y zozobra, ¿Cuándo te irás de mí?
Has embaucado a amigos para crearme un Miedo a la traición, Miedo a la soledad. Has ofuscado a mi familia con Miedo.  Estafaste a mis conocidos con tu Miedo. Pero lo peor, has osado tener el atrevimiento de meterte en mis dichos, y me has provocado un Miedo a mí mismo, has quebrantado mi alma y mi espíritu de paz.

       Pero hoy me despido del temor  y del pavor me libro. Jamás temeré a la incertidumbre del futuro, a las personas que has dominado y menos a mí. Adiós eterno enemigo, he aprendido como vencerte, y voy a ganarte. Provócale tribulación a alguien más con tus tretas y tus artificios, pues conozco tus designios. Con firmeza ciertamente lucharé contra ti y contra tu esencia de pavor. Jamás me volverás a dominar pues he entrenado mi mente y corazón para luchar contigo. La confianza me dará la victoria y para nunca jamás seré una de tus víctimas,

        Huye despavorido eterno enemigo, has quedado en el olvido.


Enrique Jahaziel Guzmán Jiménez
Conalep Puebla I
Mecc-206

3 comentarios:

  1. Siempre me he convencido que para dejar de temer a tus miedos, debes aprender a amarlos, y honestamente creo que tenia muchos, hasta de la propia capacidad humana ya que el ser humano si se lo propone es cruel hasta los huesos, pero bueno, siento que he vencido la mayoría de mis miedos, ¿cómo? haciéndolos colegas de mis alegrías, desde ése parámetro ya no es miedo, sino adrenalina.
    ¡Cuídate!
    Itzel Rosas Caballero
    Conalep Teziutlán.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Itzel, tienes razón la única manera de eliminar un miedo es afrontándolo, el miedo nos impide disfrutar de muchas cosas y una forma de evitarlo es superándolo.

    Una vez que lo controlamos podemos hacer muchas cosas inimaginables y eso nos abre un parámetro totalmente nuevo. Hay que aprender a vivir siempre con algo nuevo y a afrontar retos nuevos. Sólo hay que mesclarlos con nuestros buenos sentimientos como la felicidad y la alegría y todo mejorará.

    Gracias Itlzel, saludos
    Jahaziel Guzmán
    Conalep Puebla I

    ResponderEliminar
  3. ¡Estás en mi mismo canal! Por nada, un abrazo.

    ResponderEliminar

Recuerda que tu mensaje pasa por un proceso de moderación para aparecer publicado.