lunes, 4 de junio de 2012

Un mundo sin gente 8: Dulce realidad


Al llegar a un lugar solitario, junto a una humilde banca de madera húmeda, en una colina cerca a una montaña alta como un volcán en erupción, mirar alrededor, y contemplar aquellas bellezas que Dios ha creado, una serie de partículas recorren el cuerpo, un suspiro muy fuerte sale desde los más profundo del ser, el viento da la bienvenida volando el pelo de un lado para otro. Tomo asiento, deseo disfrutar de una buena tarde. A lo lejos se contemplan unas casas echas de palma y barro fresco; llega un olor a merienda al calor familiar, con arboles frutales doy gracias por la tarde de hoy. Estoy pensando en las personas con las que me gustaría estar y con quienes cuento hoy: 
Tu imaginación vuela rápidamente y te concentras en una fantasía, el aroma a pasto verde, como si estuvieras en la intensidad de la selva sientes recorrer tu cuerpo con la profundidad de la noche. Empieza a llegar como un abrazo del viento, una caricia, un beso de  la luna, que te mira con una sonrisa  desde el cielo, el viento te hace soñar que estas en un sueño profundo. Soñando cosas en un lugar verde, dando vueltas de felicidad. Estás en primavera donde las flores se mueven dando su mejor sonrisa al amante sol, las aves cantan en armonía; cantan de alegría al sentir las praderas. , Cada ser movible con vida transita en su mundo, camina, siente el suelo húmedo. Qué rico el calorcito ha comenzado a disminuir; ahora es fresco y agradable. Parece que va a llover,  las gotas caen poco a poco y cada vez te mojan más y más. El viento comienza a volverse un poco agresivo, el polvo penetra hasta la profundidad de tus sentidos ,las estrellas cantan alabanzas de  amor para el creador, la tarde es como una vela de viento que se va rápido y sin aviso ,los sentimientos ,los recuerdos te calcinan los huesos, el viento, trae las hojas secas de los arboles, que entre ellas se platican los amores que han tenido y la vida que han sufrido, escuchas ruidos de miedo pero tantas cosas que te hacen recorrer tu mente ruidos que a veces ignoras, ¿de  donde provienen será del cielo, del viento, la luna o las estrellas o del mismo dios? sentía como bombas atómicas en mi cuerpo mi corazón latía a mil por hora los arboles seguían su camino parecía que tenían prisa por descansar, después de tanto juguetear con el viento te sientes como una princesa contemplando la belleza del mundo, Sentí que era imposible sentir más. comenzó una tormenta mas fuerte y me en camine hacía un lugar donde pudiera estar a salvo pero sin antes agradecer que por unos cuantos minutos que estuve ahí, en aquel lugar fue con un día nunca vivido y que no cualquiera puede disfrutar de la vida ni de como saberla apreciar.
Rosalía Ponce Arce
 Conalep Atencingo Puebla

1 comentario:

  1. Hola Rosy, me gustó tu texto, pero lo que en verdad me llamó la atención fue cómo te referiste a la calcinación de tus huesos producida por los recuerdos, es cierto que los recuerdos nos inundad en una trastesa o una nostalgia dependiendo de nuestro sentir y como mencionaste, nuestro presente se puede sentir como un volcán en erupción. Te expresas bien.

    Saludos de Jahaziel Guzmán
    Conalep Puebla I

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