viernes, 29 de junio de 2012

Partes de un libro 5: “UN LIBRO CON VIDA REAL”


Así es como empieza esta historia: cuando Frontis (un joven de 23 años), decide irse para los estados unidos en busca de un trabajo mejor para poder ganarse el pan de cada día, y poder mantener al bebito que viene en camino y muy pronto llegará a este mundo.

Era un día muy especial en que todos celebrábamos una gran fiesta, en unidad, ¡era tan divertido!, que cada sonrisa venía desde el fondo del corazón. Yo sonreía alegremente aportando lo mejor de mí para que la fiesta fuera la mejor de todas. Caminaba por todas partes para encontrar lo divertido y fantástico que pudiera alegrarme, y en tan sólo un instante, algo maravilloso sucedió: fue como un ángel caído del cielo, lo miraba profundamente y él a mí. Quedamos totalmente hipnotizados, no sabíamos qué hacer, hasta que se acerco a mí, nos presentamos y con el paso del tiempo nos fuimos conociendo más a fondo. Cada vez que lo miraba, sentía como si ya fuera mi territorio, me sentía feliz a su lado, y si lo perdiera, no me resignaría a estar sin él.

En una noche maravillosa, me invitó a una cena para presentarme con sus papás. Estaba muy emocionada, ya podía sentir el cosquilleo en el estomago, presentía que al fin el me propondría matrimonio, ¡y fue así! Me sentía la mujer más maravillosa del mundo, al fin mi sueño se hizo realidad. Llegó el día en que me convertí en la esposa de Frontis. Pasó un poco de tiempo, nuestra relación iba de maravilla, ¡no podía creerlo! Después de unos meses el médico me dijo que… ¡estaba embarazada! ¡Que alegría! Cuando supimos esto nos dimos cuenta de que somos los esposos más afortunados y los más felices del mundo, pronto regresamos a casa y empezamos a planear en nombre de nuestro bebito, decidimos que se llamara Solapa.

Lo malo vino después, cuando nuestra situación económica era muy difícil, ya no nos alcanzaba ni para la comida, y Frontis se encontraba sin trabajo. No sabíamos qué hacer, hasta que a él se le metió la idea de irse para los Estados Unidos. Yo no quería eso, porque temía que algo le pasara y de ser así, jamás me perdonaría que mi hijo creciera sin su padre. Fue un día viernes, en que vi a mi esposo partir de mi lado para irse a los EU. Con lágrimas le suplicaba a Dios para que lo cuidara en donde quiera que fuera, y que le permitiera llegar  sano y salvo al lugar que desea llegar. Lo último que escuché de él fueron estas palabras: —que Dios te bendiga y te guarde, cuida a nuestro hijo, te prometo que desde el día que nazca, ni a ti ni a él les faltara algo, les daré lo mejor del mundo.

En camino al desierto, pensaba: — ¡Ya no puedo más! Creo que no volveré a ver a mi amada Portadilla, te extrañaré mucho, siempre cuidaré de ti aunque no me veas, ni me escuches, y no pueda estar contigo. Sentiré el calor de tus abrazos junto a mí, nunca te olvidaré, perdóname, porque no podré cumplir mi promesa, pero desde donde esté, siempre estaré contigo para protegerte, para darte las fuerzas de seguir y de luchar contra los obstáculos que nos enfrenta la vida.

Es así como mi amado partió de mi lado, de una manera tan triste. Me arrepiento de haberlo dejado ir, hubiera preferido mil veces estar en la pobreza a haber perdido al amor de mi vida.

En fin, pasaron 3 años, mi hijo sigue creciendo, y yo no sé qué responderle cuando me pregunta por su papá. Llevo en mi conciencia las mentiras de decirle que se encuentra en los Estados Unidos.
 Mi mamá (Guarda), y mi hermana (Colofón), me aconsejan que debería de hacer mi vida nuevamente, dicen que estoy demasiada joven para estar sola y con un hijo de tan sólo 3 años.

Un día de paseo con mi hijo por el parque, me encontré de casualidad a una persona que estaba con una pequeña niña, no sé porque, pero tenía la sensación de que esa persona era alguien conocido para mí, como si fuera del pasado y regresara al presente para buscarme, y decirme algo que ha tenido oculto desde hace mucho tiempo. Entonces me acerque a él y me armé de valor para saludarlo, le pregunté su nombre, y me respondió diciendo que se llamaba Índice y su pequeña se llamaba Cubierta, estuvimos conversando un momento, y resultó ser ¡un chico que fue mi novio! Me sentí muy incómoda al haberlo encontrado después de tanto tiempo y sobre todo con una pequeña a su lado, pero después de contarme la terrible historia que le paso a su esposa, los sentimientos me llegaron al corazón y no pude contener las lagrimas al recordar lo que le sucedió a mi esposo.

A cada día me sucedía algo extraño, cada vez más no podía quitarme de la cabeza la imagen de su cara, algo extraño me estaba pasando, creo que me estoy enamorando de él, ¡pero yo no puedo hacer eso! Le prometí a mi esposo que él sería el único amor de mi vida, se lo prometí antes de que el partiera hacia los estados unidos, me sentiría culpable si faltara a esa promesa, pero con los consejos que me daba mi madre y mis hermanos, decidí darme una nueva oportunidad en mi vida, y para el bien de mi hijo, no quería que pasara el resto de su infancia sin ver a su padre. El y yo decidimos darnos una nueva oportunidad, confiamos en que seríamos la pareja perfecta, y con los hijos perfectos para poder vivir muy felices, a diario, fui descubriendo lo maravilloso que tenía por dentro, no dejaba de sorprenderme, era idéntico a Frontis, y eso es algo que jamás me terminaré de explicar, pero lo cierto es que aunque vivo con otra persona, jamás olvidaré a la anterior, porque sé que fue el mismo el que me envió a esta persona, y me hizo comprender que todos merecemos una segunda oportunidad.

Alma Delia Arce Pérez
Conalep 093 atencingo

1 comentario:

  1. Un relato muy completo Alma, es triste cuando en las familias surgen problemas económicos de de cualquier otro tipo y el hecho de que una familia salga adelante a pesar de las dificultades y adversidades es digno de encomiar.

    Tienes razón, hay que seguir adelante a pesar de las dificultades y más que nada, nunca rendirse. La situación de tus personajes fue triste al principio, nadie desea eso pero las circunstancias nos juegan una mala pasada de vez en cuando. Pero casi siempre hay segundas oportunidades y si no hacen ningún mal, hay que aprovecharlas. Ese fue un buen mensaje de tu escrito.

    Saludos Alma de:
    Jahaziel Guzmán
    Conalep Puebla I

    ResponderEliminar

Recuerda que tu mensaje pasa por un proceso de moderación para aparecer publicado.