Una joven muy bella como una rosa y deslumbrando por su calidad de persona, ingenuamente enamorada de José Luis Castillo Hernández, tuvo relaciones sexuales dando como resultado un embarazo precoz. Ella tan sólo tenía 18 años y por tal motivo no poseía la madurez suficiente para afrontar algo así.
Pasando los meses su temor crecía, debido oscuro secreto que guardaba y no dejaba salir las palabras necesarias ante sus padres para darles la noticia del nuevo ser que llegaría a la vida. Pero como todo llega un momento en el cual debemos decir y afrontar nuestros temores y así fue cuando dijo a sus padres la verdad. Sintiendose defraudados la dejaron irse con el que sería su esposo.
También aumentó el vientre, empezaba a tener sus antojos y sus alimentos favoritos entre los cuales están los elotes con mayonesa y queso; Pero su vida había dado un giro extraordinario. En primera terminó la prepa de a panzazo (y no por las calificaciones precisamente), hacia los labores del que en ese momento era su hogar (con los padre de José Luis y él por supuesto), pero no todo era fácil como tal vez ella pensaba, debido a los diversos conflictos y sufrimiento derivados de las malas decisiones y a que el dinero no era tan abastador de las necesidades principales.
Pasaron los ocho meses, luego ya los nueve y se acercaba el día en que daría a luz a su hija, pero pasó el 29 y el 30, pero no sentía las contracciones ni nada, debido a la inmadurez dejó pasar un día mas y así asistió al doctor, le dieron la noticia de que su beba estaba pasándosele los días y la citarón para el día martes 05 de diciembre de 1995. Llego el día en que tendría que dar a luz y comenzó su día tradicionalmente, levantando su casa y lavando la ropa y al final haciendo su maleta, saliendo de su hogar camino hasta el hospital Sanatorio San Francisco.
Al momento del nacimiento ella lo presenció viéndolo desde la parte de arriba donde se reflejaba en unas laminas, teniendo miedo y nervios pero siempre segura de lo que quería. Aun poniendo su mayor atención a la hora de el alumbramiento, 1:00 de la tarde.
¡Caray!¡Que viva la sinceridad!Tu narrativa es tal y como fué, sin miedo a que se escuche fuerte, sin miedo a ser criticada, tu honestidad es extrema y ¡éso me fascina! ¡Éso es autenticidad muñeca!
ResponderEliminar¡Qué bien!amo los elotes con mayonesa y queso,sé que pasó de panzazo como lo díces tu, no precisamente por las calificaciones, es mucho más dificil estudiar y hacer cosas en el hogar, eres responsable no solo de tí, sino del ser que esta en tu vientre y de tu casa, el aseo la comida etc.
Valora mucho a tu mamá, no dudo en que lo hagas, a veces pongo mis pies en tierra y pienso en todas aquellas señoritas, que sin una capa y una máscara son heroínas de vida, que prefirieron amar y no matar, prefirieron pasar un poco de vergüenza y de amargas criticas, para ver un rostro nuevo, lleno de ilusiones y ternuras, brindo por tu mamá Jamila, aquella mujer de fuerza indomable y de actitud admirable, ámala por sus regaños, abrázala cuando este enfadada, quiérela cuando esté a tu lado, y extrañala cuando no esté, y cada día agradece a Dios porque aún está contigo.
¡Bendiciones! Itzel Rosas Caballero INFO-406 Conalep Teziutlán