En la danza
estática de tus cabellos sin censura, bailé como el amor en tu sangre.
Mi
pensamiento con tus tristezas irrisorias, al fondo de la última pieza de vals.
En la
fúnebre felicidad de tu sonrisa blanca, entre pestañas, entre el enigma
difundido de nuestro amor certero.
Somos lindos
para ser un par de feos, camaradas de charlas y soledades compañeros en soledad
innata.
Amante
parcial y mi amigo total, con nuestros ataques de ira felices tejidos de
nuestros errores perfectos.
Ganamos lo
que perdimos, en nuestra vista ciega en el sentimiento lejano de tu melancolía
gozosa.
En la luz
opaca de mi cantar, en tu labio inferior frente a mi paciente desesperación.
Y aquí
estamos. Combinando la lluvia con el invierno cálido, exhalando tranquilidad
del ruido mudo, tras el canto de un ave.
En la calma
de tu realidad ficticia, lejos de mi abrumadora paz, caminamos y viajamos sin
descansar.
Llegamos a
la oscuridad deslumbrante, y con nuestras manos aplaudimos al amor dando
bienvenida al final.
El final del
abandono, navegando en el cielo, caminando en el mar, recalcando la copia
original de tu beso radical.
En las
lágrimas secas sobre tu mejilla dorada, como un suspiro interrumpido, completo,
totalmente roto.
Sobre la
idea un silbido, olvidándote te he recordado. Te he nombrado embajador de mi
ser total, como las olas cubren al mar.
Dimensioné
tu cuello, y era perfecto para mis
brazos. Aparté tu cuerpo, abrazándolo. Y en un choque de emociones contenidas,
besé tus deseos.
Soy una
chispa de alegrías prematuras, y tú un sensato loco. Y somos un desenfreno
organizado, embarullado y ordenado.
Pero el
futuro no nos inmuta y no pensamos en él. La lógica del mundo y sus mentiras
verdaderas, en sus almas llenas de vacío, son nada.
Porque,
menos es más. Porque somos uno, dentro del par.
Y tu ceguera miró en mí miró un ser especial.
Y desperté
entre tus desvelos dormidos, como un respiro, como un leve silbido. Porque estuve
en el sol, pero sentí frío. Y me mostraste, todos los orígenes del amor, y con
ellos; mi propio ser.
Itzel Rosas
Caballero
Teziutlán
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