Hace mucho tiempo, existió un país llamado Maravilla
donde todos sus habitantes eran buenos y se ayudaban unos a otros; las hadas
que viajaban a otros lugares del mundo para conceder deseos a los niños buenos,
a las personas necesitadas y a los niños
huérfanos.
El
país de Maravilla, era un lugar hermoso rodeado de grandes arboles y verdes
colinas y justo en el centro se alzaba un hermoso castillo de mármol blanco con
destellos azules y plateados; y en medio del castillo una fuente dorada justo
en el centro de un jardín de rosas, en forma de corazón al que se llegaba por
varios caminos serpenteados, rodeados de hermosas flores coloridas y aromáticas
que hacían sentir a quien caminaba como si estuviese en las nubes y alrededor mariposas de muchos colores con
destellos plateados y dorados .
Las encargadas de cuidar este
país, eran las hadas luciérnagas llamadas así porque de esa manera las veían en
el mundo exterior cuando se acercaban a la gente que las necesitaba, también estaban
las hadas guardianas que adoptaban la forma de abejas para proteger el castillo
y picar a los malvados magos y
hechiceras que deseaban entrar al país a robar la fuente de la vida y la
sabiduría, que se encontraba en medio
del palacio. Esta fuente, contenía una especie de néctar que mantenía vivas a
las hadas y de la cual provenían sus poderes, producidos por pétalos de flores
arcoíris que se encontraban en el jardín en forma de corazón; estas rosas sólo podían ser regadas con el agua de
lluvia y el rocio de la mañana y de la tarde
para florecer. En manos
de las hadas el néctar producía
sabiduría, juventud y vida, pero si algún hechicero(a) lo utilizaba con otros
fines, se transformaba de inmediato en un ser repulsivo, hostil y amargado de
quien la gente huía. Por tal motivo las hadas resguardaban celosamente el
castillo para evitar que los intrusos lograran llegar a él.
Las hadas que lograban llegar a
una edad avanzada, bebiendo el néctar de la fuente y al cumplir doscientos años
el hada madre las transformaba en luceros y las colocaba en el cielo pero no
todas lo lograban pues algunas morían en los viajes que realizaban al salir a
buscar gente buena para ayudar o personas malas para cambiar sus impulsos y
ablandarles el corazón. Porque en el país de maravilla todos eran buenos. ¿Y
saben por qué? Incluso pensar en hacer algún mal tenía consecuencias: quedaban
mudos antes de pronunciar palabra. Cuando alguien quería robarse algo sin
pedirlo simplemente sus manos no le respondían y no lograba alcanzar el objeto
que buscaba, si alguien intentaba golpear a otro se quedaba inmóvil hasta que la sensación
mala desaparecía, para los que estaban planeando hacer algo malo simplemente se
quedaban dormidos y al despertar ya habían olvidado hacer mal, pero aquellos
que en verdad deseaban corregir con todo su corazón, podían encontrarlo y ser
hallados por las hadas luciérnagas para recibir la ayuda que necesitaban.
Estaban también las hadas
sembradoras que se encargaban entre otras cosas de cultivar las rosas arcoíris
dentro del jardín de corazón pero además
salían a regar semillas de plantas curativas para que la humanidad
obtuviera los remedios caseros que conocemos y algunas plantas como el diente
de león y la manzanilla pues así los mas
necesitados tendrían acceso a ellas sin tener que pagar un doctor y podrán sanar rápidamente.
¿Te gustaría que este país
existiera querido lector?
Por: Briseida Neri Bravo
ORIENTADORA EDUCATIVA
CONALEP TEHUACÁNEJERCICIO 8
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