Discurso 6: No es ilusión, es esperanza

Por: Itzel Rosas Caballero♥
Suelo caminar en los retoños de tus hechos, en las veredas que trazas, poco a poco entretejidas por pequeñas escaleras de silencio. He vivido en tus años de prosperidad, he visto día con día los resultados de tus esfuerzos como si te pagasen por tus actos, puños de sangre son los que veo y en tus pupilas un reflejo que sabe a tristeza. He respirado el aire que pretendes fomentar y cada gesto amable está más allá del deseo y el sueño que podamos anhelar con toda nuestra fuerza, pequeñas sobras son tus actos de bondad y ésas obras de inmadurez son imitaciones de piedad ¿no te cansas de hacer eso? Siento que la oscuridad abate nuestra ciudad, la carcome la desgarra viva, curiosamente eso sucede mientras más brilla el sol, puede que nuestras conciencias estén cauterizadas pero mi pregunta es ¿Cuánto tiempo más estarán así?
Nos estamos hundiendo en el mar del egoísmo y no hay salvavidas que nos auxilien esta vez; nos reflejamos en un mundo perdido, poseemos la mayor cantidad de odio y nos refundimos en ello, en nuestro propio pantano. Somos los autores de nuestra propia destrucción, nuestra falta de moral y nuestra inconciencia nos han llevado a un mundo dividido, nos desmoronamos como arena, pasos presurosos para un fin tan inútil y luego somos capaces de preguntarnos ¿qué hemos hecho mal? estamos en un trance oscuro donde la sociedad duerme y no tiene hora para despertar de su sueño, como si el vecino no necesitara de nuestra ayuda, como si el huérfano no esperara un acto de generosidad, como si el mundo fuera nuestro, como si lo fuéramos todo siendo nada. ¡Despierta! ¿Acaso te cuesta tanto trabajo mirar a tu lado? Nos pasamos derecho y volteamos la mirada, de todo eso que sucede a diario, de lo que escuchamos, de lo que somos parte incluso de lo que hemos vivido en carne propia. ¡¿Por qué tú indiferencia?!, As recorrido el mundo, has roto fronteras, te ves en todo lugar siendo intangible, lo conoces todo, pero aún así no te cansas, pones tu dedo en la llaga y presionas hasta que la sangre te cubra, ¡sólo así te sientes viva! inspiras a la gente para que se muestre superior, para que no sea capaz de mirar a su prójimo, retroalimentas al egoísta que vive en nosotros a ésa persona inconsciente que no le interesa el sufrimiento ajeno, que no actúa sólo mira, que sólo habla pero no hace, que ve pero que no siente. ¿Triste? más que eso, llegamos al punto de la aniquilación mutua.
¿Olvidaremos el sacrificio de sangre que hicieron nuestros héroes para que el mundo fuera uno, para que todos vivamos en amor? ¿Tirarás por la borda años de lucha, de sufrimiento de incasable persistencia para que esto sea olvidado? ¡No!, mejor sea que muramos antes de ver éste mundo perdido, antes de mirar cómo nos destruimos a nosotros mismos, es mejor morir en el intento, que vivir con la conciencia sucia de que nunca hicimos nada, de que preferimos ver y no actuar.
Caminemos por la vereda del cambio y no olvidemos lo que un día fuimos, fuimos una generación unida de aquellos que se apoyaban en donde se veía el amor por la gente, en donde se divisaba el apoyo desinteresado, en donde una vez hubo un corazón de carne que irradiaba luz, que infundía paz.
Porque ésta lucha aún no termina, ninguna gota de sudor que resbale de nuestra frente será en vano, y ningún esfuerzo que entreguemos con todo nuestro corazón dejará de dar su fruto, cada obra, cada acción tendrá su recompensa y ésta será maravillosa, no es dinero no es algo material, es algo más que eso, es poder mirar el mundo unido y ser parte de ello, verlo lleno de fuerza un mundo que irradia paz, que vive, que es feliz con lo que tiene, y lo que tiene lo comparte que opta por el camino difícil porque es renunciar a su comodidad por ayudar al prójimo, aquel mundo renovado que elige servir, aquel que vive con entrega que da lo mejor de sí.
Porque juntos podemos cambiar ésa indiferencia por solidaridad, ¡por amor! porque la ilusión solo vive en el deseo, pero la esperanza vive en el corazón…compartamos sonrisas, regalemos abrazos y sembremos amor.