La huesuda está leyendo
calacas del año en curso
cuando de pronto recuerda
que ya conoce estos versos.
Y entonces se va corriendo
a buscar en su laptop
donde encuentra sin contento
que eso ya se le escribió.
−¡Muy buena la calavera,
lástima que sea copiada!
porque así, de esa manera,
termino muy amuinada−.
Con su guadaña afilada
hizo una gran amenaza:
−Mortales oigan ustedes,
lo que les voy a decir:
si creen que soy descuidada
que no distingo chapuzas
se van a ir al panteón
con lápida equivocada.
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