miércoles, 16 de mayo de 2012

¿Lees lo que yo leo? 55: Marianela






Benito Pérez Galdós



Es una novela de estilo realista, muy triste, que nos cuenta la vida de Marianela, una pobre huérfana a la que todo el mundo la hace menos diciendo que no sirve para nada; pero al lado de su amigo Pablo, un joven ciego de nacimiento, apuesto, sensible y de familia adinerada, ella es de gran ayuda, ya que le hace compañía y a través de sus ojos le describe cómo es el mundo guiándose de sensaciones y otros sentidos. La Nela, como así la llamaba Pablo, tiene una bella voz y un buen corazón y él se enamora de ella, hasta le propone matrimonio a su lazarillo, imaginándola como una hermosa mujer, aunque él no sabía precisamente qué era la belleza, porque, ¿cómo alguien que nunca la ha visto puede saber cómo es?, es como preguntar: ¿cómo es el color verde si nunca lo has observado con tus propios ojos? Así todos se burlan de su amor por La Nela, porque es una joven que todavía tiene cuerpo de niña, su piel es áspera, tiene poco cabello, anda descalza y por ello es considerada una chica fea.



Con la llegada del doctor Teodoro Golfín viene la esperanza de darle el don de la vista a Pablo lo que llena de alegría a todos, menos a Marianela, ella deseaba que su amigo pudiera ver pero cuando sucediera esto ella consideraba que ya no tendría nada qué hacer y definitivamente ya no serviría para nada; además, lo que era peor: una vez que Pablo pudiera ver, se daría cuenta de su fealdad y perdería su amor por ella.



Las cosas empeoran porque si Pablo sale bien de la operación, lo casarían con Florencia, su prima, cuya belleza era envidiada por Marianela pero no la podía odiar porque Florencia era muy noble y caritativa con ella, tuvo compasión de la huérfana y le prometió llenarla de lujos, vestirla, calzarla y darle una buena educación tanto como la tenía ella; pero La Nela no aceptó porque no soportaría ver al amor de su vida casado con otra y estar viviendo cerca de ellos.



La historia no tiene un final muy feliz y casi me hace llorar.

¿Se imaginan que no tuviéramos conocimiento del físico de las personas, como Pablo? Descubriríamos sus verdaderos sentimientos y seríamos más sensibles.



Me pareció un libro con una trama muy buena, con una reflexión que les dejo de tarea; lo recomiendo a pesar de su trágico final.



Diana Laura Ramos Aca

Plantel Puebla II

1 comentario:

  1. Diana, de verdad me gustó la lección que lograste extraer de esa novela, si no tuviéramos ojos y no viéramos el físico sólo nos valdríamos de nuestros otros sentidos para convivir. De hecho un refrán conocido dice “ojos que no ven, corazón que no siente” aunque se aplica a ciertas circunstancias, el corazón sí puede sentir incluso sin ver.
    Algo que es digno de mencionar es que muchas termitas no nos conocemos en persona y sin embargo conocemos como pensamos, conocemos nuestros gustos y conocemos nuestra forma de ser, la forma en la que escribimos aquí nos identifica y nos muestra cómo somos los sin la necesidad de vernos físicamente. Muy buena conclusión de la novela y aunque no la he leído me parece interesante la esencia que captaste.

    Saludos Diana
    Atte. Jahaziel Guzmán
    Conalep Puebla I

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