lunes, 7 de enero de 2013

La Sirena Pilar



En las calles de Chiconcuac del territorio mexicano, existe una variedad de comerciantes y entre ellos a la cabeza del grupo le apoda “el rey”, lleva por nombre Daniel y tiene cinco hijas, bellísimas señoritas. La más joven de ellas, Pilar, además de ser la más guapa, poseía una voz hermosa y facilidad de convencimiento.
Cuando cantaba en el puesto de su padre, la gente acudía para escucharla y a su vez compraban mercancía del lugar. Pero además de cantar y convenir a la gente, también soñaba con salir de la comunidad hacia el D.F. para ver cuál es la vida que se tiene en ese lugar y conocer el mundo y las atracciones que posee, tal cual le relataban sus hermanas mayores.
Pilar por fin pudo salir a conocer el D.F.; después de escuchar los consejos que le dio su padre: “Recuerda que ese territorio no es como el nuestro, sólo podemos admirarlo. Sé prudente y no te sobresaltes al ver las diversas atracciones que ofrece el lugar.”
Al subirse al autobús con sus hermanas, al momento en que llegó se quedó boquiabierta. Todo era nuevo y maravilloso para ella. ¡Fascinante!, Pilar era feliz. Pasados unos minutos, pudo observar con claridad diferentes edificios con propagandas demasiado llamativas  y atracciones que no se había imaginado ver; a su vez también oía el léxico que tenían en esa región que era totalmente irregular. Quería hablar con todo mundo e ir a todos los lugares posibles.
Pero  empezó a analizar y se dio cuenta de que no eran iguales y no tendría tema del mismo interés del cual pudiesen hablar, pero continuaba observando los diversos aspectos que le llamaban su atención. Mientras caminaban llegaron a pararse frente a un hotel y contemplaron una fiesta que se estaba dando dentro, Pilar estaba asombrada plenamente por aquello que estaba viendo porque eran costumbres diferentes a las que estaba acostumbrada ver, pudo percatarse el motivo de la celebración y era el cumplimiento de veinte años de un tal Jazael.
Se quedó asombrada al ver al joven. Era de estatura mediana, moreno, delgado, de un porte elegante y respetuoso, así tenía una sonrisa peculiar y muy atractiva. Pilar sintió una extraña sensación de nervios, alegría y tristeza a la vez.
Algo que jamás había sentido. La fiesta seguía hasta que de repente entraron unos ladrones y asaltaron el evento; tomaron al joven Jazael, lo golpearon y después sacaron rápidamente de la fiesta y lo aventaron a un basurero cerca del lugar.
Pilar corrió velozmente para percatarse de todo y al ver que se iban los ladrones se acercó rápidamente a él. Lo tomó entre sus brazos, comenzó a hablarle; pero al ver que no había reacción alguna comenzó a cantar, mientras trataba de curar sus heridas con un pañuelo que llevaba.
Luego oyó a lo lejos un murmullo de voces que se aproximaban, obligándola a esconderse detrás de los contenedores para  no pudieran verle. Desde ahí pudo ver como los amigos del joven lo ayudaron a recobrar el conocimiento y agradecía a una joven por haberlo socorrido, aunque ella no era la real ayuda que él había tenido.
Pilar volvió junto con sus hermanas a Chiconcuac donde le platicó todo lo sucedido a su padre. Después pasó varios días llorando en su habitación.
Se había enamorado de aquel joven, pero sentía que jamás podría estar con él porqué pertenecían a dos mundos diferentes.
Días después asistió a la casa de una hechicera a obra de la Santa muerte. Quería que su padre la mandara a estudiar al D.F. a cualquier precio. Hicieron un trato: Pilar estudiaría en el D.F. pero a cambio la hechicera quería su voz, pero le advirtió: “Si el hombre que amas no te hace caso, tú desaparecerás como el polvo que recoge el viento y se lleva sin un previo aviso”.
Asintiendo a las condiciones de la hechicera, aceptó venerar a la Santa muerte y tomar un menjurge  que había hecho, al momento se quedó inconsciente. Cuando despertó se encontró tendida en la terminal del D.F., y a su lado estaba el joven de la fiesta que intentaba ayudarla a levantarse y le dijo: “ven te llevaré a mi casa y te curaré”.
Durante los días siguientes aprendió a comportarse y vestirse como los de la ciudad y asistía a la misma escuela que el joven Jazael. Era su invitada en los eventos que participaba pero como no podía hablar, no podía explicar al joven Jazael qué había sucedido el día que el joven la ayudó.
El joven Jazael no paraba de pensar en aquella bella joven que había ayudado y en términos hasta la había salvado de algo peor. Pero el destino le reservaba otra sorpresa.
Un día una joven llegó a habitar la casa de enfrente. En la casa habita una joven que le llamaba la atención del joven. Pilar sintió un agudo dolor en su corazón, y pensó que perdería a Jazael para siempre.
El joven quedó prendado de ella, que no era otra más que la hechicera disfrazada, y al haberle robado su voz, el príncipe creyó que era su salvadora de aquella noche  y se enamoró de ella.
-¡Pilar!, ¡Pilar!, ¡Pilar!, ¡Somos nosotras tus hermanas!, nos ha costado mucho trabajo poder encontrarte en esta enorme ciudad pero venimos a decirte algo que te ayudará a romper el hechizo, escucha con atención: Si besas al joven y lo haces que se enamore de ti, se romperá el encantamiento.
Pilar corrió y corrió hasta que llegó al salón donde iba a comenzar la celebración de la ceremonia de boda. Se lanzó a los brazos del joven y lo besó, dejando a todos boquiabiertos al ver tal acción de la joven.
La hechicera se molestó porque al ver eso, ella empezó a recuperar su cuerpo y voz y así pudiendo hablar con Jazael. La hechicera fue puesta ante las autoridades y Jazael le pidió disculpas a Pilar.
Esa misma tarde se celebró la boda entre Pilar y Jazael, todos contaron y festejaron por la unión de estos jóvenes que se estaban amando con todo su corazón.
FIN.
Jamila Castillo García.
Teziutlán 153.
Contabilidad.

1 comentario:

  1. Hola Jamila, jajaja que padre el giro que le diste al clásico cuento de la sirenita es una de mis películas favoritas me traen gratos recuerdos de la infancia, tu historia es muy graciosa. Te mando saludos ojalá nos podamos reunir muy pronto con las demás termitas. Cuídate :D
    Diana Laura Ramos Aca
    Egresada Plantel Puebla II

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