EL OLOR DE LA BANDERA
Jesus Cruz Rojas
Electromecánica Industrial
Atencingo 093
Durante el transcurso de mi vida me han pasado un sin fin
de cosas y cada una de ellas es tan importante como la otra. Aquí les voy a
narrar lo que ha sido.
Nacimiento
Me dicen que desde que nací que
era un niño muy alegre, juguetón y un poco huraño, de ahí fui creciendo poco a
poco. Recuerdo el primer día de clases en el kínder, mi madre me llevaba
arrastrando porque no quería ir a la escuela. Ese día fue muy difícil porque no
conocía a nadie y pues la verdad me sentía sólo pero conforme pasaron los días
fui conociendo a mis compañeros aún recuerdo los nombres de mis amigos, las
travesuras que hacíamos, a esa edad aún no tenía conciencia de lo que iba a
hacer o la que quería ser.
Infancia
Más tarde ingresé a la primaria en turno
vespertino, ese día fue aún más solitario por que mi personalidad era muy
pacifista y pues a los demás no les gusta eso por esa misma razón decidía
apartarme un poco. Claro que no siempre era así, pero durante ese tiempo
conforme crecía iba adquiriendo nuevas formas de ver el mundo. Desde primer
grado siempre sobresalía en lo académico, recuerdo que a los más destacados los
ponían en la escolta de la escuela y yo era el abanderado. Todavía sigue
presente en mi mente los colores de la bandera de esos días y su olor. Los
lunes al medio día, y así fui creciendo destacándome en la escuela. Incluso me
llegaron a dar una beca, recuerdo que mi madre estaba muy orgullosa de mí,
aunque mi padre no estaba presente, pero eso era lo que me impulsaba para que
siguiera adelante: que mi padre me dijera “bien hecho hijo, estoy orgulloso de
ti” eso sería como si me dieran el premio nobel, pero desgraciadamente esas
palabras no las oí durante ese periodo de mi vida.
Adolescencia
Después ingresé a la
secundaria. Esa creo que fue la mejor etapa de mi vida porque ingresaron
conmigo algunos amigos de la primaria. Entonces mi madre me dijo: “échale ganas
hijo, tú puedes llegar a ser quien quieras”. Esas palabras me dieron muchísimos
ánimos, entonces decidí poner más empeño en mis estudios, y me empecé a alejar de
mis amigos para poder concentrarme y afortunadamente ese sacrificio dio frutos
por que en el segundo grado, me dieron una noticia muy agradable. Me dijeron
que me iban a dar una computadora laptop por mi alto puntaje en la prueba
enlace y que tenía que ir a puebla por ella, ese día llegue emocionadísimo a mi
casa y se lo dije a mi madre y ella se alegro mucho porque desafortunadamente
somos de bajos recursos y ella me dijo: “¿ya ves?, Te dije que ibas a ser
grande”, la espera fue larga, pero finalmente llegó el día y me levanté
tempranito. Muy entusiasmado emprendí el viaje junto con mi madre, cuando
llegamos, nos llevaron por muchos lugares hasta que llegamos a un salón donde
se iban a reunir todos. Empezó la ceremonia y llegó el gobernador Rafael Moreno
Valle, dio algunas palabras y entregó las computadoras, cuando me dieron la mía,
me emocioné ¡tanto!, no sólo porque era mi primer computadora sino porque me di
cuenta de que si trabajas duro y te esfuerzas, logras tus objetivos. Ese día
siempre estará presente en mi memoria. Lamentablemente en tercer año llegó la
hora de partir; los últimos días en esa secundaria fueron muy tristes ya que no
nos íbamos a ver por algún tiempo y finalmente llegó el día de la clausura. Todos
los años me daban reconocimientos de primer lugar en aprovechamiento, pero ese
día fue muy especial ya que prácticamente me estaba retirando de esa escuela,
entonces me llamaron para recibir mis reconocimientos, y pase frente a todos
junto con mi madre creo que no puedo describir esa sensación con palabras ya
que va mucho más allá de eso.
Juventud
Finalmente
ingresé al bachiller. Ese día me sentí un poco mal porque está lejos de mi
hogar pero afortunadamente he podido aceptarlo como lo que soy, un joven que
está buscando su camino en la vida. Creo que he madurado y que estoy dando el
primer paso hacia una vida independiente, mis pensamientos se han concentrado en
mi futuro.
Hoy
me encuentro en un nivel académico más elevado y aunque tengo muy claro mi
futuro, prometo que me esforzaré y lucharé para que éste sea mejor.
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