martes, 23 de octubre de 2012

Autobiografía 9:


EL OLOR DE LA BANDERA


 


 

Jesus Cruz Rojas

Electromecánica Industrial

Atencingo 093

Durante el transcurso de mi vida me han pasado un sin fin de cosas y cada una de ellas es tan importante como la otra. Aquí les voy a narrar lo que ha sido.

Nacimiento

Me dicen que desde que nací que era un niño muy alegre, juguetón y un poco huraño, de ahí fui creciendo poco a poco. Recuerdo el primer día de clases en el kínder, mi madre me llevaba arrastrando porque no quería ir a la escuela. Ese día fue muy difícil porque no conocía a nadie y pues la verdad me sentía sólo pero conforme pasaron los días fui conociendo a mis compañeros aún recuerdo los nombres de mis amigos, las travesuras que hacíamos, a esa edad aún no tenía conciencia de lo que iba a hacer o la que quería ser.

Infancia

 Más tarde ingresé a la primaria en turno vespertino, ese día fue aún más solitario por que mi personalidad era muy pacifista y pues a los demás no les gusta eso por esa misma razón decidía apartarme un poco. Claro que no siempre era así, pero durante ese tiempo conforme crecía iba adquiriendo nuevas formas de ver el mundo. Desde primer grado siempre sobresalía en lo académico, recuerdo que a los más destacados los ponían en la escolta de la escuela y yo era el abanderado. Todavía sigue presente en mi mente los colores de la bandera de esos días y su olor. Los lunes al medio día, y así fui creciendo destacándome en la escuela. Incluso me llegaron a dar una beca, recuerdo que mi madre estaba muy orgullosa de mí, aunque mi padre no estaba presente, pero eso era lo que me impulsaba para que siguiera adelante: que mi padre me dijera “bien hecho hijo, estoy orgulloso de ti” eso sería como si me dieran el premio nobel, pero desgraciadamente esas palabras no las oí durante ese periodo de mi vida.

Adolescencia

Después ingresé a la secundaria. Esa creo que fue la mejor etapa de mi vida porque ingresaron conmigo algunos amigos de la primaria. Entonces mi madre me dijo: “échale ganas hijo, tú puedes llegar a ser quien quieras”. Esas palabras me dieron muchísimos ánimos, entonces decidí poner más empeño en mis estudios, y me empecé a alejar de mis amigos para poder concentrarme y afortunadamente ese sacrificio dio frutos por que en el segundo grado, me dieron una noticia muy agradable. Me dijeron que me iban a dar una computadora laptop por mi alto puntaje en la prueba enlace y que tenía que ir a puebla por ella, ese día llegue emocionadísimo a mi casa y se lo dije a mi madre y ella se alegro mucho porque desafortunadamente somos de bajos recursos y ella me dijo: “¿ya ves?, Te dije que ibas a ser grande”, la espera fue larga, pero finalmente llegó el día y me levanté tempranito. Muy entusiasmado emprendí el viaje junto con mi madre, cuando llegamos, nos llevaron por muchos lugares hasta que llegamos a un salón donde se iban a reunir todos. Empezó la ceremonia y llegó el gobernador Rafael Moreno Valle, dio algunas palabras y entregó las computadoras, cuando me dieron la mía, me emocioné ¡tanto!, no sólo porque era mi primer computadora sino porque me di cuenta de que si trabajas duro y te esfuerzas, logras tus objetivos. Ese día siempre estará presente en mi memoria. Lamentablemente en tercer año llegó la hora de partir; los últimos días en esa secundaria fueron muy tristes ya que no nos íbamos a ver por algún tiempo y finalmente llegó el día de la clausura. Todos los años me daban reconocimientos de primer lugar en aprovechamiento, pero ese día fue muy especial ya que prácticamente me estaba retirando de esa escuela, entonces me llamaron para recibir mis reconocimientos, y pase frente a todos junto con mi madre creo que no puedo describir esa sensación con palabras ya que va mucho más allá de eso.

Juventud

Finalmente ingresé al bachiller. Ese día me sentí un poco mal porque está lejos de mi hogar pero afortunadamente he podido aceptarlo como lo que soy, un joven que está buscando su camino en la vida. Creo que he madurado y que estoy dando el primer paso hacia una vida independiente, mis pensamientos se han concentrado en mi futuro.

Hoy me encuentro en un nivel académico más elevado y aunque tengo muy claro mi futuro, prometo que me esforzaré y lucharé para que éste sea mejor.

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