lunes, 2 de julio de 2012

Partes de un libro 6: LIBRELIRANDIA


LIBRELIRANDIA

Algo me pasó el día de ayer que fue lo más padre que me ha pasado. He soñado que estaba tan enfocada en lo que tenía que hacer sobre Preceptorías y soñé lo padrísimo que era estar en un libro de Termitas, entonces estaba tan, tan cansada que me quedé dormida y tuve un sueño muy raro pero divertido.

Estaba en un lugar bonito dónde había un río de letras, entonces me senté para ver ese río. De repente Cortes se me acercó y me dijo:

–¡Hola, amiga! ¿Cómo estás? ¿Andas perdida o por qué tan sola?–, y yo le contesté: –¡Hola! Pues no sé exactamente qué hago aquí pero tengo mucha curiosidad por conocer–.

–Está bien, te llevaré a que conozcas Librelirandia–, me dijo Cortes. Caminábamos sobre el pasto que eran tiras de hojas cuando se acerca Planos y le dice a Cortes: –¡Hey, Cortes!, ¿cómo estás?, ¿Qué andas haciendo?

–Hola, Planos, pues llevo a mi amiga a que conozca Librelirandia y tú ¿adónde vas?– contestó Cortes.

–A ningún lado ¿los puedo acompañar?– contestó Planos.

–¡Claro que sí! –, dije. Entonces me empezaron a contar de ellos. Lo más gracioso de todo fue que cada quien tenía una versión diferente de uno mismo. Cortes decía que Planos era un chico muy superficial y buenísima onda y Planos decía que Cortes era malvado y engreído pero que a pesar de eso era un chico que te apoyaba en lo que necesitaras. Seguimos con nuestro camino y nos encontramos a Cubiertas. Cortes se puso tan nervioso cuando la vio que casi se desmaya.

–Hola ¿cómo están ?–, dijo Cubiertas.

–¡Hola, Cubiertas, ¿como estas...?–, contestó Cortes muy rápido. Cubiertas se sonrojó al ver que Cortes le había sonreído. Se veía amor entre ellos, nada más que no se atrevían a decirlo. Lo malo de esta parejita es que ella tenía novio. El novio era una persona tan posesiva y mandona que ella estaba obligada a estar con él. Él se llamaba Nervios y tal parece que lo habíamos invocado porque apareció y le dijo a Cortes:

–Oye, ¿qué haces con mi novia? ¡Ya te había dicho que te alejaras de ella pero no entiendes! –. Interrumpió Planos y le dijo a Nervios: – Oye, cálmate. Sólo la saludamos. No es para que te pongas así.

–Déjalo, Planos, no vale la pena–. Dijo Cortes. Entonces nos fuimos y les pregunté quién es él y quién es ella. Ellos me contestaron (bueno, principalmente Cortes): Ella es Cubiertas y es la mujer más bonita que hay en Librelirandia. Es hija de Tejuelo, el Rey de este lugar.

–Y él es Nervios, el guardián del rey, el futuro esposo de Cubiertas–. Me dijo Planos. En cuanto vi a Cortes, bajó la cabeza entristecido y le dije: –No Cubiertas, no te pongas así. Ya vendrá a ti. Además se ve que te quiere porque te ve con ternura.

–No, cállate, él sabe que sí lo quiere pero no puedes hacer nada. Ella está comprometida con él y no hay vuelta atrás–. Dijo Plano. Entonces se me ocurrió hablar con ella, pero para eso tenía que burlar a los Guardas. ¡Qué raro era decir eso! pero pues sí, así se llamaban. Logré entrar al castillo y ahora debía encontrar la recámara de la princesa Cubiertas. Me quedé paralizada de tan enorme que era el castillo pero logré encontrar su recámara. Abrí las Hojas de Respeto o Cortesía (qué raro nombre para unas puertas pero así era), y la encontré y me quedé sentada junto a ella platicando sobre lo infeliz que era y que no quería casarse con Nervios.

– ¡Cubierta, baja un momento por favor!–. Escuchamos los gritos de su papá Tejuelo, que lo gritó 3 veces.

–Escóndete, por favor, ellos no deben verte–. Me dijo Cubiertas. Me escondí y bajé silenciosamente por las Portadillas. (También, qué raro nombre para unas escaleras).

–Mañana te casarás con Nervios, hija, y es mi última palabra. Nos conviene que te cases con él, entiende–. Escuché decir al papá de Cubiertas. Entonces corrí hasta Cortes y le dije que el papá la obligaría a casarse con nervios.

–No puede ser, tendré que evitarlo, ella es el amor de mi vida–. Me dijo

–Estás loco, ¿cómo vas hacer eso? Te pueden matar–. Dijo Planos Entonces fuimos a la Contraportada que era la iglesia real (lo sé, raro nombre para ella). Entonces Cortes y Plano (claro, acompañados de mi presencia) interrumpe la misa y dice:

–Esta boda no puede ser porque estoy enamorado de ella–. Entonces Cubiertas se desmaya y Nervios le dice a los Guardas que lo encarcelen junto a sus compañeros de rebeldía. Nos metieron en un lugar muy raro llamado Frontis (insisto, ¿en qué lugar le ponen nombres raros a los lugares?... ¡Era el calabozo!). Desesperada por no saber qué hacer con todo me puse a llorar.

–No te preocupes, lograremos salir–. Dijeron ellos y yo les contesté: –¿cómo saldremos?

–Por las Portadas–. Contestaron ellos.

–¿Portadas?–. Dije.

–Sí, en tu lugar les llaman alcantarillas–. Dijeron ellos. Esa parte no la recuerdo bien, ni cómo llegamos a las Portadas, pero logramos salir. Él logró ir a la torre. Para su suerte, se encontraba su papá. Lo más raro es que cuando llegamos a la torre, Cortes y Tejuelo estaban platicando bien, sin gritos ni nada. Al paso del tiempo, Cortes y Cubiertas se enamoraron más y más hasta que se casaron. No digo que fueron felices, pero todo final tiene un principio.

¡Oh!, por cierto, tuvieron dos hijos hermosos. Ellos se llamaron Página de Derechos y Dedicatoria.

Insisto ¡qué raros nombres !



Conalep Atencingo

Madelen Lizeth Rodríguez Ramírez

1 comentario:

  1. Que buen relato Madelen, y jajaja !Qué raros nombres¡ Estuvo muy bien armada la historia, no me imagino lo que se debió haber sentido el estar ahí dentro, en tu sueño. Tenia un estilo medieval por lo del rey y cómo pintas la escena, y supiste adaptar muy bien los nombres "raros" a tu historia; felicidades.

    Saludos de:
    Jahaziel Guzmán
    Conalep Puebla I

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